Todas vimos los hashtags, las frases motivacionales, las historias de instagram de mujeres profesionales y trabajadoras dándolo todo las 24 horas del día. Pero, seamos honestas. El concepto de trabajar duro que glorifica el trabajar a sol y a sombra y ser exitosa puede llevarnos a una idea errónea de perfección que se aleja bastante de lo que en realidad es.

Todas estamos dispuestas a tolerar una cierta cantidad de estrés en nuestras carreras y en nuestras vidas, pero a veces puede causar que dejemos de lado esebalance vida/trabajo, que no le prestemos atención a nuestra salud y que nos dirijamos a una condición preocupante que se llama agotamiento.

¿Qué es el agotamiento? 

Qué sucede con exactitud en tu cuerpo cuando te topas con una situación estresante? Bueno, el cortisol, la hormona de estrés principal, se dispara y produce cambios en el cuerpo que hacen que reacciones a los factores estresantes. Esto incluye cosas como el aumento del azúcar en sangre y una disminución en las funciones “no esenciales” para asegurarte de que tienes la energía suficiente para afrontar una situación difícil.

Aunque un poco de estrés cada tanto puede darte ese empujón que necesitas para ser eficaz en tu vida diaria y en tu carrera, si el cortisol está constantemente elevado es difícil para el cuerpo de controlar. Eventualmente, el estrés constante puede llevar al agotamiento– un estado de cansancio mental, físico y emocional completo que es más difícil de superar.

Entonces, antes de que sea demasiado, echémosle un vistazo a esas señales que te dicen que tus niveles de estrés están llegando a su límite y que ¡ya estás en territorio de síntomas de agotamiento!

7 señales de alerta de agotamiento que no deberías ignorar

1. Cansancio constante

No es el “me quedé hasta tarde viendo Netflix” tipo de cansancio. Es un cansancio constante, dominante que invade cada centímetro de tu cuerpo y de tu mente. Aún después de una noche completa de sueño o un fin de semana libre, te despiertas y sientes como si hubieras corrido en una maratón y no tuvieras energía alguna para afrontar el día.

2. Falta de motivación y concentración

El estrés puede alterar los circuitos cerebrales, haciendo que se te haga casi imposible poder concentrarte sin distraerte a menudo. Las tareas del trabajo que antes hacías en un santiamén ahora parecen abrumadoras. Los errores ocurren más seguido y tu calidad de trabajo se ve afectada.

3. Cambios en el humor

Tus emociones se vuelven impredecibles. En un instante estás al borde de las lágrimas ante el menor acontecimiento como una taza de café que se te volvó; y luego te sientes atontada, desconectada por completo de tus alrededores y de tus seres queridos.

4. Problemas interpersonales

¿Te alejaste de tus amigos, familia o colegas? A diferencia del necesitar tiempo “para mí misma”, alejarte demasiado puede ser un intento inconsciente de proteger tus reservas emocionales que cada vez son más escasas.

5. No cuidar de ti misma

La falta de energía y motivación pueden alterar tu rutina de cuidado personal habitual. Puede que empieces a saltear ese ritual de cuidado de la piel que hacías antes de irte a dormir, que no encuentres inspiración para armar conjuntos y que empieces a encontrar excusas para no ir a hacer ejercicio...algo que tanto amabas hacer.

6. Poco o mucho apetito

Hay días donde tienes poco y nada de apetito; sientes que comer es una actividad que te demanda mucho trabajo. Y hay otros días donde eliges esas comidas recomfortantes, comiendo cuanto puedas para lidiar con el estrés y tus emociones.

7. Señales físicas de estrés

Más allá de las consecuencias mentales y emocionales, tu cuerpo empieza a mostrar señales de protesta. Dolores de cabeza frecuentes, dolores inexplicables, problemas digestivos o fluctuaciones repentinas de peso pasan a ser algo habitual en tu vida diaria.

Consejos para combatir las señales de alerta de agotamiento

Si no sabes por dónde empezar, la meditación y los ejercicios de respiración pueden darte técnicas de relajación a las que puedes recurrir cada vez que lo sientas necesario.

Hacer ejercicio es otra buena forma de combatir el estrés – aún si es una caminata corta, estiramientos o una sesión corta de yoga de 10 minutos...Cada cosa pequeña que hagas ayuda a que esas hormonas de la felicidad sigan funcionando y tu humor mejore.

¡No te olvides de descansar! Toma una ducha o un bañocaliente antes de irte a la cama a descansar, evita las pantallas y en su lugar lee un libro, escribe tus preocupaciones en tu diario, así podrás despejar tu mente y darle lugar a un sueño reparador y feliz.  

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