Hola, me llamo Mariana y tengo 29 años. Esta es la historia de cómo solucioné mis problemas intestinales después de años de tener digestión lenta. 

Mirando hacia atrás, siempre tuve una mala digestión.

Muy rara vez iba de cuerpo todos los días, pero no le di demasiada importancia. Pensé que cada persona era diferente y que esto era normal en mi. 

No sabía cómo debía ser una buena digestión o qué tan importante era. La única vez que me preocupé fue una vez antes de mi período.

Esa vez la pasé muy mal porque estuve constipada toda la semana y ya hacia el final no podía siquiera prenderme los pantalones...

Mis problemas digestivos se transformaron en un verdadero dolor de cabeza para mi salud general

Mi pensamiento cambió completamente después de una cirugía abdominal cuando tenía 28 años. No fue nada relacionado a mi aparato digestivo, pero creo que el estrés de la situación complicó aún más mis problemas intestinales. No pude ir al baño en una semana aún después de haber tomado laxantes. ¡Y cuando finalmente logré ir, fue extremadamente doloroso!  

Allí fue donde mis problemas digestivos se transformaron en una gran molestia. Deposiciones dolorosas e irregulares eran mi nueva normalidad, y constantemente tenía gases y estaba hinchada.

También se me hacía difícil salir de casa porque no tenía ganas de ponerme ropa linda. Prefería estar cómoda con mis pantalones deportivos holgados en casa.

Por supuesto que intenté cambiar mi dieta. Seguí una que estaba especialmente diseñada para la salud intestinal.

Tomé kefir, kombucha, comí muchos vegetales. Pero, honestamente, no sentía mucha diferencia. Y ahora no era solo mi intestino el que estaba sufriendo. Mi piel se veía peor que nunca, y tenía un montón de espinillas en mi mentón y en mis mejillas sin importar qué producto caro para el tratamiento de la piel estuviese usando.

Y tenía estos resfríos recurrentes con tos que me duraban semanas. Cualquier virus que estuviera circulando, me lo contagiaba. ¡Era agotador!

Finalmente, después de 6 meses de agonía, fui al médico. No podía seguir viviendo así.

Mi médico me recomendó probióticos de buena calidad

Básicamente mi médico me dijo que mi equilibrio intestinal no estaba bien y esa era la razón por la que yo estaba pasando por tantos problemas.

Digestión lenta, constipación, hinchazón, hasta espinillas y un sistema inmune débil eran síntomas de este desequilibrio intestinal.

Él pensó que sería mejor si probara probióticospara reestablecer ese equilibrio.

Pensé que ya tenía suficiente con tomar kefir todos los días, pero él creía que tener un enfoque más específico sería mucho mejor. Él dijo que debería elegir un suplemento con varias cepas de probióticos y que también debería buscar uno que tuviera prebióticos.

Yo honestamente no sabía qué significaba eso, por ese motivo me puse a investigar. Leí tantos artículos sobre diferentes cepas y qué es lo que hacen, qué tan delicadas son, cuál es la dosis recomendada...Pero no encontré ningún suplemento que cumpliera con todos esos requisitos.

Pero un día mientras miraba Instagram me topé con los probióticos de TummyTox, Good Gut. Vi que el suplemento tenía 11 cepas de probióticos y prebióticos y me convenció inmediatamente. ¡Compré dos cajas en un día!

¡Ahora finalmente todas esas molestias digestivas desaparecieron!

Después de tomar Good Gut por unas tres semanas, noté una mejora significativa.

Me sentía menos hinchada y con menos gases, y a pesar de que faltara una semana para mi período, iba al baño todos los días. Fue un gran alivio.

Estuve tomando Good Gut por algunos meses ya y mi digestión está mejor que nunca. Hasta mi piel mejoró y no estuve enferma desde que empecé a tomar los proobióticos Good Gut.

También siento que mi salud general volvió a la normalidad. ¡No tuve secreciones nasales estos últimos meses!

Para ser sincera, pensé que mi mala digestión era algo heredado y con lo que tendría que vivir para siempre.

Estoy feliz ahora que no estoy más constipada y que no siento más dolor. Y creer que solo lo que necesitaba eran probióticos como Good Gut.

Ahora puedo usar esos vestidos ajustados otra vez y no pienso más en la hinchazón cuando salgo con mis amigos. Es un sentimiento muy liberador.

Ya le recomendé Good Gut a todas mis amigas, ¡tanto me gusta!