Dormir – ese momento mágico del día en el que pones tus pijamas cómodos, te acurrucas en tu cama calentita y te vas flotando al mundo de los sueños.

¡Si solo fuera tan fácil! Desde el estrés diario que puede mantenerte dando vueltas y vueltas, a unos hábitos de sueño poco saludables que pueden estar impactándote de formas que ni te imaginabas, muchas cosas pueden suceder que eviten que tengas un sueño de calidad. Sí, a corto plazo puede que logres combatir una noche de poco descanso con una o dos tazas de café extra, pero un sueño pobre constante puede tener un impacto significativo en tu salud.

Entonces, ¿cómo te afecta la cantidad de sueño que tengas? ¿Cuánto sueño profundo necesitas para sentirte bien? ¿Y cuánto para dormir mejor? Sigue leyendo para obtener las respuestas a todas estas preguntas y descubre algunos consejos útiles sobre qué hacer cuando no puedes dormir.

Dormir – mucho más que solo descansar

El sueño se divide en varios estadíos, pero los dos más importantes son el sueño profundo y el sueño MOR (sueño de movimientos oculares rápidos, o REM en inglés por rapid eye movement). El sueño profundo es donde la magia ocurre — tu cuerpo comienza su etapa de reconstrucción y rejuvenecimiento. Lo opuesto al sueño MOR, donde tu cerebro está bien activo, y donde comienzas a soñar. Cada estadío cumple un rol crucial en asegurar que te despertarás sintiéndote llena de energía y lista para afrontar el día.

Claramente, el sueño es mucho más que permitirle a tu cuerpo que descanse y se recargue de energías, también ayuda a tu cerebro a procesar información. A lo largo de la noche, mientras tu cerebro pasa por los estadíos más activos, lleva a cabo funciones que son esenciales para la retención de la memoria, aprendizaje y regulación del humor. Y el resto de tu cuerpo trabaja duro también – repara células, regula el sistema inmune, equilibra las hormonas y mucho, mucho más.

Cuando sucede a menudo que no puedes dormir y las actividades de recuperación de tu cuerpo se acortan, puede tener consecuencias a largo plazo, afectando todo: desde lo bien que recuerdas las cosas, tu ánimo, tu peso, tu salud cardíaca y hasta el azúcar en sangre.

¿Cuántas horas de sueño necesitas realmente?

La regla de oro para los adultos es de 7 a 9 horas de sueño por noche, pero esto puede variar basado en factores como la edad (¿recuerdas cuando podías dormir más de 10 horas durante tu adolescencia?), tu estilo de vida e incluso la genética.

Pero no solo es importante la cantidad sino la calidad del sueño. Un ciclo de sueño profundo e ininterrumpido es esencial para un rejuvenecimiento superior. Entonces, ¿cuánto sueño profundo necesitas? Alrededor de un 25% de tu descanso nocturno debe consistir de un sueño profundo – eso es alrededor de 1.5 a 2 horas por noche.

El momento importa también. Tu reloj interno, o ritmo circadiano, le dice a tu cuerpo cuándo es hora de dormir y cuándo es hora de despertarse e influye tu calidad de sueño. Mantener un ciclo sueño-vigilia diario puede hacer que dormirte y despertarte descansada te resulte más fácil.

Consejo rápido: ¿No sabes bien cuál es la mejor hora para irte a dormir y despertarte? ¡Intenta buscar una calculadora de sueño online! Solo debes escribir tu edad y la hora en la que te levantas y calculará exactamente cuándo deberías ir a la cama para obtener la cantidad de sueño recomendada.

7 consejos para dormir mejor

Si contar ovejitas no te sirve, no estás sola. Dormirse no siempre es fácil, y puede estar relacionado a varios factores que pueden interferir con el sueño, como mucha cafeína o la luz azul que emiten los aparatos electrónicos, incluso los trastornos del sueño.

Uno de los usurpadores del sueño es definitvamente el estrés. Cuando estás estresada, tu mente se llena de pensamientos, haciendo que te resulte imposible relajarte y dormirte. ¡Y si te preocupas en que no te puedes dormir...eso empeora todo!

Ya sea el estrés u otra cosa lo que te mantiene despierta de noche, aquí hay una lista de consejos últiles que pueden ayudarte a dormirte más rápídamente y dormir mejor.

1.Crea un refugio acogedor para dormir

Transforma tu habitación en un santuario cool, silencioso y oscuro. ¡Las cortinas blackout o una máscara para los ojos pueden ayudarte un montón!

Establece una rutina pre-sueño

Leer una novela atrapante, darte un baño con aceite o sales de lavanda o hacer ejercicios de elongación de yoga – encuentra una forma de decirle a tu cuerpo que es hora de descansar.

2. Deja de lado la luz azul

La luz azul que emiten los teléfonos, tabletas y computadoras pueden alterar tu sueño. Deja de lado tus dispositivos unas horas antes de ir a la cama y considera utilizar aplicaciones que reduzcan la luz azul o gafas que la bloqueen durante el día.

3. Sé consciente sobre qué comes y cuándo durante el día

¿Amas el café y el vino? ¡Nosotras también! Pero dejemos a ambos de lado al momento de querer descansar. Y a pesar que un tentempié por la noche puede sonar tentador, un estómago lleno puede hacer que des vueltas en la cama toda la noche.

4. Goza de los rayos de sol

Algo de sol durante el día puede configurar tu reloj interno y hacer que te resulte más fácil dormirte por la noche. ¡Así que, pasa algo de tiempo afuera cada día!

5. Conviértete en una persona que crea hábitos

Intenta irte a la cama y despertarte a la misma hora todos los días. Un ciclo sueño-vigilia estable te ayuda a regular el reloj interno de tu cuerpo y te recompensa con un mejor sueño.

6. Haz ejercicio regularmente

La actividad física regular puede ayudarte a que te duermas más rápidamente y que tengas un sueño más profundo. Solo asegúrate de no hacer ejercicio cerca de tu hora de dormir para que tu cuerpo tenga tiempo de bajar las revoluciones.

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