Hola, soy Rosie y tengo 31 años. Decidí compartir mi historia de descenso de peso para evitar que te sientas como me he sentido yo – insegura, triste y sin una solución que me ayude. Probé infinidad de dietas (sin éxito)hasta que encontré la forma de perder peso justo a tiempo para mi boda.

Ni siquiera me acuerdo del momento en el que empecé a subir de peso

Honestamente, no recuerdo cuando subí de peso. Cuando estaba en la universidad, mi prioridad número uno era estudiar y divertirme, por supuesto. Pero en ese entonces, mi peso era normal. Luego, de la noche a la mañana, subí muchísimo de peso.

Luego de graduarme, conseguí un buen trabajo en un banco donde trabajé como contadora. Mi típico día de trabajo consistía en sentarme en un escritorio y mirar una pantalla. No es nada fácil, contrario a lo que muchos piensan, a veces puede ser mentalmente agotador y en ocasiones ni siquiera tenía la energía suficiente antes de la hora del almuerzo, así que cuando llegaba a casa, pocas veces tenía ganas de cocinar, y básicamente vivía a base de comidas congeladas compradas en el supermercado.

Además, el estrés de tener que pagar las cuentas y la hipoteca, cuidar de nuestro perro, las tareas de la casa y otras preocupaciones de la vida adulta se volvieron estresantes, entonces busqué refugio en la comida. Los años pasaron siguiendo este estilo de vida y los números en la balanza iban en aumento. Solía usar un talle M, ¡pero ahora apenas y entraba en un L!

Mi señal de alarma vino del lugar más inesperado

El año pasado mi (ahora) prometido y yo fuimos de vacaciones a Italia – ¡y nos comprometimos! Créanme, fue el día más feliz de mi vida. Luego de volver a casa, planeamos una visita a mi ciudad natal durante las fiestas para darles una sorpresa a mis padres.

Mi mamá no podía más de la felicidad cuando vio el anillo, pero cuando empezamos a hablar de la boda, dijo una frase que nunca podré olvidar.

Me dijo: “Rosie, el día de tu boda debe ser un día que podrás recordar con felicidad y añoranza por el resto de tu vida. Quisiera que sea un recuerdo feliz donde tu imagen sea la de una mujer plena, con salud y en el mejor momento de su vida. Esto lo digo por tu bien y porque te quiero, creo que es hora que te pongas a tí misma como prioridad.”

Sentí que la sangre se me subía a la cabeza y también así el enojo y la vergüenza se apoderaban de mi mente. ¿¡Cómo pudo haberme dicho que yo no era mi prioridad número uno!? Lo estaba intentando, con todas mis fuerzas, sucede que todo me resultaba abrumador.

Tuvieron que pasar varios días para que se me pasara el enojo y esa tristeza y verguenza. Luego comencé a darme cuenta que mi mamá tenía razón. No quería lastimarme y solo quería lo mejor para mí- Cuando realmente me puse a pensar en mí y en mi cuerpo, noté que estaba funcionando por inercia y que realmente había entrado en una meseta infinita de la que no podía salir.

Esas espinillas molestas que ya se tendrían que haber desvanecido porque yo ya no era una adolescente.

La fatiga constante, la falta de energía y motivación.

El cabello horrible, la piel seca y la (más que ocasional) pérdida de cabello.

Los (ay, no puedo creer que voy a decir esto) ronquidos más fuertes que los de mi pareja...

Y no quiero siquiera comenzar a hablar de la sudoración excesiva y de las inseguridades que conlleva el no sentirte como tí misma.

Yo era la que estaba arruinando mi propia boda

Nunca podré olvidar la vergüenza que sentí cuando no pude subirme el cierre del vestido de novia del talle más grande que tenían a disposición.

A pesar de estar usando una faja, sentí que lo que tenía puesto era una carpa. Esto estaba a años luz de la novia que siempre soñé ser.

¡Necesitaba volver a mi eje lo antes posible – ¡Faltaban 10 meses para la boda!

Con la fecha de la boda avecinándose rápidamente, necesitaba volver a mi eje lo antes posible. En menos de un año probé infinidad de dietas que no me dieron resultado alguno.

A veces lograba perder medio kilo o uno, pero lo recuperaba en un abrir y cerrar de ojos debido al efecto rebote. Con mi peso subiendo y bajando sin éxito, casi me doy por vencida.

Casi unos 4 meses antes de la boda, mientras miraba Instagram, me topé con una publicidad de TummyTox con el Paquete Reto del bikini Superado.

Me dije a mí misma: esta es mi última oportunidad. Si esto no funciona, creo que no podré casarme.

Fui al sitio web y leí todo acerca del paquete y decidí hacer la compra.

Luego de completar el paso 1 (conDaily Kick Tea, Draining Drink 3-en-1 y Sleep Tight Tea), ¡no podía creer lo bien que me sentía! Perdí algunos centímetros de mi vientre y me sentí ‘limpia’ por primera vez en mucho tiempo (si se le puede decir así). ¡No tenía idea la cantidad de toxinas que había consumido durante esos últimos años! Pero, el poder dejar ese problema (y esas toxinas) en el pasado realmente valió la pena. ¡Me motivó aún más!

A lo largo de los días subsiguientes, me alegra decir que luego de mucho tiempo, ¡tuve que ponerme un cinturón porque los pantalones se me caían! Con las cápsulas para darle forma a mi vientre (tienen los nombres perfectos: Slim Tummy Caps y Belly Shaper) logré quemar grasas! Mis antojos desaparecieron y mi vientre se aplanó. Ya no sentía antojos de dulce ni de frituras.

Finalmente podía usar mis camisas ajustadas y sentirme con confianza usándolas En ese tiempo, mi piel tenía un brillo nuevo, mi cabello volvió a la vida y mis uñas se habían fortalecido – todo gracias a las gominolas Shine Bright!

En los últimos 10 días tomé un vaso de Night Burner antes de irme a dormir para aumentar la quema de grasas nocturna. Ahí fue donde me sentí más orgullosa de mí misma. Había perdido una gran cantidad de peso y ahora tenía mucha más energía, me sentía con confianza y feliz. ¡Y aún sigo bajando de peso!

TummyTox me convenció con su enfoque holístico diseñado para la mujer – cuidé de mi cuerpo desde la mañana hasta la noche.

Perdí 10 kilos justo a tiempo para la boda

Mientras escribo esto, ya llevo perdidos 10 kilos, volví a usar talle M, mi cabello está más brilloso y más vibrante y nunca he estado más feliz.

Durante la noche duermo como un bebé (también dejé de roncar y de despertar a mi futuro marido), y finalmente tengo más energía para hacer cosas que me gustan.

Pero, lo más importante, es que me siento con confianza y sé que, en menos de un mes, voy a ser la novia más saludable y hermosa.