Puedes oírlo y verlo en todas partes... ¡es muy fácil entrenar en casa! Pero, ¿qué pasa si eres un tipo de persona que necesita que otros le den la motivación? Los gimnasios están llenos de energía, gente y ganas de entrenar. ¿Qué puedes hacer para encontrar todo esto en tu casa?

Si este es tu caso, tenemos algunos consejos útiles para ti. Simplemente tienes que empezar a ver la motivación desde una perspectiva diferente. Generalmente pensamos que las acciones son el resultado de la motivación. Ahora es el momento de cambiar la percepción de este concepto. Hay que empezar con la acción primero y la motivación vendrá después. ¿Cómo hacerlo?

Construye un hábito positivo

Cada uno de nosotros tiene una actividad favorita. Incluso la más pequeña costumbre de tomar café por la mañana, leer una revista en el balcón o ver un programa de televisión. Lo único que debes hacer es encontrar tu actividad favorita, disfrutarla y entrenar durante o después de terminar con esa actividad. Tienes que convertir ambas actividades en una rutina compleja.

De esta manera, empezarás a hacer algo que te gusta hacer y lo combinarás con el entrenamiento que te cuesta hacer. No seas demasiado dur@ contigo mismo al principio, cada progreso cuenta. Lo que quieres conseguir es motivarte y no cansarte. La regla principal es realizar alguna acción - tu actividad favorita - y entrenar inmediatamente después. Tu motivación comenzará a crecer y cada día será más fuerte.

Algunas ideas:

1. Encuentra tu habitación favorita

¿Te gusta pasar tiempo en el jardín o tocar el piano en tu habitación? ¿Tienes una oficina en casa donde ocasionalmente juegas tu juego favorito en el ordenador? Ve a ese lugar y haz un plan: "después de terminar esta actividad, haré ejercicio aquí."

2. Escucha tu canción favorita

La canción ideal debe ser una canción enérgica para que te anime y te dé energía. Planifícalo en plan "siempre cuando escucho esta canción, entreno".

3. Come tu fruta favorita

La fruta es dulce y deliciosa, seguramente una te guste más que otra (manzanas, plátanos, kiwis, toronjas, arándanos...). Come tu fruta favorita antes de entrenar y disfruta de su sabor. Una hora después de haber comido la fruta, es hora de hacer ejercicio.

4. Toma un suplemento de entrenamiento

A veces lo que más nos motiva es invertir nuestro dinero en algo. Cuando compramos suplementos que mejoran el rendimiento de tu entrenamiento, queremos que el dinero que hayamos invertido valga la pena. ¡Si está en forma de polvo que puede convertirse en una deliciosa bebida, puedes disfrutar de un refresco delicioso y al mismo tiempo maximizar los resultados de tu entrenamiento!

No olvides, el plan debería ir así: después de que termines con la bebida, haz ejercicio para obtener los mejores resultados. Con este hábito, matarás dos pájaros de un tiro. ¡Para nosotros este paquete es el ganador absoluto!

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